Hordas humanas caminan cual zombies en busca de algo para su espíritu...
Nos inyectaron una enfermedad artificial: la "festivalitis", hoy somos como la Venecia renacentista donde todo el año había carnaval. La diferencia es que no estamos festejando la cultura parece que sólo asistimos a la canonización del consumo por el consumo. Y lo triste y que motiva estas palabras es que sí es real la efervescencia de nuevos artistas pero no todos hemos estado a la altura de crear sus espacios de expresión. Hace tanto que ni un equipo de fútbol, ni una gran banda de rock logra paralizar una ciudad con el eco de una esperanza genuina. Vivimos en la era de la no inocencia, entonces parece que la masividad ya no avanza hacia lo que le sorprenda o menos aún que le llene de emociones. Esto de la virtualidad y lo viral son sólo levadura para crear fiestas huecas, festivales de nombre cool, concepto y diseño vintage para que todos compren la marca y se autoetiqueten con ella. Bandas que cancelan y otras canceladas, retrasos, venta pobre, poco o nulo respeto por el artista que con sus propios medios pisa un escenario. Nombres en el año han sobrado que si en Izcalli, Ajusto, Cervantino y que si los autonombrados "colectivos" que gustan de cobrar a diestra y siniestra el derecho a tocar, el backline, la luz, el agua, el gas y hasta el aire. El mundo se debate entre los imperios llorando porque son atacados por hormigas terroristas y nuestras comunas atrapadas en los tiempos de festejar el vacío. Nadie se salva, ricos jugando a producir festivales, gobiernos maquillando elefantes para verse comprometidos con la cultura, hasta universidades con pánico a llevar rock que inunde islas. Ahora se erige un monumento a convertirse en Godínez y aguardar al dios de la quincena para endeudarse con el amo de todos los boletos de todos los recintos posibles. Pregunto yo ¿tiene caso ver a cientos de bandas de la "nueva escena" para estarse sacando selfies y decir que está increíble la experiencia (espacio para patrocinador) porque está en el top del trend?. Ya habrían bastado esos 43 para salir como en el 68 y romper barricadas para gritar que hoy lo que se necesita es justicia, tolerancia y real diversidad cultural. Somos tan desunidos que preferimos hacer "la bola" y caminar como zombies en esta masa sin propósito más que consumir festivales. Nosotros en pleno uso de esta alternativa de comunicación no les inyectaremos más de lo mismo así que como en el pasado avanzaremos en caravana, estamos por generar nueva luz para estas voces que quieren ser escuchadas. Pronto Ciudad Radio encenderá un quinqué para iluminar de arte a México.
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