Eso sí, todos en este sistema donde sólo somos un usuario con contraseña entramos al juego del opinómetro porque es la nueva vida pública. Pero hablando de "lo público" hoy estas líneas quejosas son de verdad, afirman el cambio de un pequeño paradigma. Muchos incluidos nosotros hace tiempo fuimos desilusionados por la radio, escucharla fundamentalmente. Creemos que no somos pocos porque basta caminar las calles y ver el triunfo de los audífonos, industria próspera donde se encuentra desde las super conchas retro hasta los diminutos chicharitos de tu superhéroe favorito. La pregunta es a qué se conectan tantos audífonos para causar tantas sonrisas y caras de imbecilidad necesaria, básicamente a la lista de tus víveres sonoros, aquéllo que te ayuda a sobrevivir todos los días. Memorias que nunca son suficientes han hecho posible que ahora lo nuevo sea el chorreo (streaming) inagotable. Señoras y señores, ha muerto la vieja radio pública, ha nacido la nueva radio, es lo mismo pública que personal. Nosotros somos esa nueva radio, y no por presunción sino por omisión. Todo lo que dejó de hacer la radio que era de todos, lo hacemos nosotros en la trinchera de lo independiente. Mientras la vieja radio se debate entre amiguismo y trucos de ahijados de dinosaurios, aquí dejamos hablar a los maestros, a los artistas, a los desterrados. Estamos creando el futuro no por reacción, sino por necesidad, la olla ya sonó, somos el primer vapor que sale. Y no nos cansaremos de recalcar el "somos", tú y yo, tan diferentes pero podemos unirnos y afirmar en el camino que no pretendemos, somos y hacemos camino al andar.
Gracias querido lector, escucha o curioso
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