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ROCKEROS MURIENDO ¿Y LOS QUE QUEDAN?

Hace unos días escribiría una editorial con una pregunta que me carcomía por dentro ¿por qué sigue tocando Queen?. Y mientras me decidía, Chester Bennington se colgó así como Chris Cornell o Michael Hutchence. Así que no escribiré una lamentación sobre por qué nos abandonan las grandes voces de la historia del rock ni la cosquilla por arrancar pinceladas sarcásticas que abundarán en forma de memes y frases jocosas en nuestros muros. 
En cambio, quiero reflexionar con ustedes sobre nuestro ánimo colectivo, ya ni siquiera diría en este país donde el corrupto nunca deja de sonreír, hablo del planeta porque la matrix global es tan real que hoy en día un ciudadano promedio tiene el mismo día a día, el tren del mame ya cruza todos los continentes, mientras suena en todos los audífonos: “des-pa-ci-to”. Haciendo entonces un ejercicio imaginario, ¿qué haríamos si de pronto matáramos a las leyendas que nos quedan, llámense desde los Rolling hasta Radiohead, cubriendo todo músico que alguna vez tuvo gloria entre los 40 y los 80 años de edad?. Tal vez estaríamos tan urgidos de la originalidad que algo distinto surgiría, hasta quizá un nuevo género, sonaría el ritmo real de las calles, ese que por instantes retrata el rap y hip hop under que sabemos se hace aquí y en China. Tendríamos que descubrir voces tan potentes como las que ya se fueron y alguno debería romper con el pasado de tal manera que escucháramos lo clásico como un buen recuerdo y no como el negocio que sigue llenando estadios. 
Y al principio hablaba de Queen porque fue curioso ver que dos de los secuaces de Mercury siguen en las andadas ahora con Adam Lambert, un modelo polisexual, cantante correcto pero aún verde para aquello de jugar con la energía de las masas. Sé que seguir “vigente” ayuda a pagar las casas, los autos, las esposas, pero ¿es en serio que quienes crearon himnos que hoy se cantan lo mismo en una graduación de primaria que en unas olimpiadas tienen que repetir el mismo acto ad libitum ad nauseam cual grupo versátil de barrio?. A Queen no le exijo música nueva, ya escribieron su capítulo, hoy podrían descansar con dignidad o producir y ser mentores de nuevo talento (esto parece responderse solo, porque si hubiesen sido testigos de un Mercury en potencia no lo pondrían a cantar lo mismo sino le darían la mano para que conquistara el mundo). 
Acá en Rucoapan no comemos tunas, hace cuánto dejamos de creer en que haríamos un rock auténtico, propio. Si nos vemos un poco reduccionistas nuestro rock se murió ya sea con Rockdrigo o cuando Caifanes grabó la Negra. Sé de muchos colegas que son criticadores y muy criticados por hablar del rockcito mexicano como una anécdota, un mal chiste contado en estos tiempos a ritmo de cumbia girando en circuitos que nadie cuestiona en nombrar políticamente incorrectos como “indios”, hablando de lo emergente y la nueva ola que si no rompió en los dos mil ahora ya no pega ni inflándolo toda la cerveza posible. Pero seamos honestos, quienes también hemos intentado esto del rock seguimos viviendo cómodamente sin volver nuestra vida un acto mismo de protesta, nos disgusta lo primitivo del reggaetón pero no somos más ambiciosos musicalmente como para dar una cachetada al oído. Y sí, sé de la generación más brillante de músicos mexicanos de calidad internacional y que tristemente vive en la época de la muerte del disco, las disqueras, el público y reina entonces el recuerdo, la nostalgia, el ayer siempre fue mejor. Brindemos amigos por los caídos y esperemos entonces por los que faltan, ya que estoy seguro que cuando caigan todos, habremos llegado al futuro.

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