Y el verano ha perecido, el aire se lleva sus restos y a nosotros nos queda en sus intensos tintes rojos y azules, el otoño. Ha llegado el sentimiento otoñal a Ciudad Radio y sus habitantes lucen resueltos a caminar más presurosos hacia el fin del año. Pasó el momento acaso más álgido donde todos guardaban una opinión política para dar paso a un tiempo más frío, lleno de eventos para distraer la esperanza y el sinsabor. Recibímos el otoño disfrutando a las calabazas aplastadas, la banda noventera lidereada por Billy Corgan cargando a cuestas un poco más de grasa y sonidos no tan renovados. Conocimos la flamante arena de conciertos capitalina que no es perfecta más se acerca...Y tras una hora de intentos por mostrar que ha pasado al nuevo siglo, Billy Corgan más su equipo de reclutas jóvenes y un viejo compañero completaron su concierto con una hora de clásicos. Como pocos compositores, el calvo pionero del alternativo que más tarde derivaría en indie ha sido fiel a una fórmula sencilla sin pretender abrazar ideales ni alcanzar los títulos nobiliarios de la poesía. Hubo una sorpresa antes de la pausa dramática y el carrusel de éxitos y en verdad muchos que este año anhelamos a Bowie y su esperado regreso nos deleitamos con un Space Oddity digno de último año maya, crudo y poderoso. En el clímax de la travesía nos llevaron al agitado 1979 que ya en los noventa resultaba retro y una sentencia que siempre es vigente: la ciudad de la morfina nos muestra lo que merecemos ver. Al final del recuento muchos no recordábamos que los Smashing tuvieron varios años de reinado y que Corgan es buen guitarrista y que no son tan emos como muchas actuales bandas insufribles. En contraste la escena nacional sigue con más cantidad que calidad y para muestra lo rubricaron la banda de "bitches": 45 grados, un chingo de cerveza y un montón de sombrerudos tirando fiesta...
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