Y a los tres años, crack, se rompió...
No supimos, no lo advertimos pero sucedió, con cierta ceguera acudimos a un acto celebratorio, el tercero para ser exactos de un tercer aniversario que no pudo concluirse. La fiesta de la música no pudo celebrarse porque faltó una decena de personas y el show entonces, no pudo continuar. Sin embargo, estas líneas no son la crónica de una tragedia, vienen de la sinceridad de que siempre podemos equivocarnos. No hallamos culpables ni pretextos para resolver el dilema de por qué no pudimos celebrar a la música que resulta ser nuestra fuente primaria de emoción. En cambio, sin querer ahora somos totalmente conscientes de que algo ha cambiado en este diario transmitir algo a quien nos mira, quien le da un click y decide que nosotros hagamos nuestro trabajo. A fuerza de esta caída creemos que no sólo vale vivir en esta virtualidad de quien da un "like" a diestra y siniestra, es hora de desconectarnos literalmente y tomar de nuevo las calles, vivir al pulso que se vibra del pavimento hacia arriba. Miles prefieren gastar tiempo y dinero en lo que diario nos dan hasta el hartazgo por cuanto medio se pueda. Y contra eso no podemos competir, empero cambiar los hábitos de vender por vender y ofrecer las riquezas más ignoradas del arte, la cultura y la música sin otro afán que compartir, por lo tanto seguimos en nuestro dicho: lo mejor de la vida es gratis. Digno de mención la palabra de nuestros poetas, palabra viva que llega, que arrancó aplausos sinceros en nuestra fiesta del arte celebrada a ritmo de pizzas y vino. Agradecimiento a nuestro cómplice chileno Riveros por su poesía vuelta canto, a nuestro paisano Salev Setra emulando el picante cual Piporro posmoderno y aquéllos que sabemos se han sintonizado con esta propuesta global que ahora no sólo cubre Alemania sino asiduamente cruza a nuestros hermanos ecuatorianos, chilenos, brasileños, peruanos, caribeños, norteamericanos y españoles. La reconquista ya comenzó y haremos nuestro compás de espera para regresar con renovada energía para llevar más música, arte y cultura para todos. Gracias también a quienes velaron armas solidarios con la causa: las 300as Rubias Suicidas, los Chicos Problema, Waka Jawaka, Electric Shit, los jóvenes Lunáticos, Junk Wild y Mugre Citadina, ya nos reencontraremos. Por eso ahora entendemos que la realidad es que rompimos el cascarón de la superficie y ahora sí hemos salido al mundo, desnudos con lo que somos, no más apariencias ni virtualidades, somos una niña de tres años dispuesta a divertirse aquí afuera. Vamos por la calle, las plazas, los kioscos, lugares que nos pertenecen y que han sido abandonados por la cultura de lo vulgar, lo banal y artificial. Llevaremos mucha verdad porque nos merecemos como ciudadanos del mundo, como orgullosos ciudadanos radiofónicos un lugar en esta pequeña historia, nuestra historia.
Desde la selva de concreto, tres años y contando...